Empecé mi camino en la búsqueda del sentido de la vida como lo hace casi todo mundo, de la mano de los libros de autoayuda y su arquitectura verbal construida de frases ingeniosas y contundentes; posteriormente, el apetito intelectual –y una sutil dosis de arrogancia- me fueron apartando poco a poco de todo lo que sonara a “libro de autoayuda”, así que me decidí a hacer psicoanálisis. Nueve años estuve psicoanalizándome. Después una deliciosa terapia gestalt que me ayudó a hacer movimientos en mi vida que nunca me había atrevido antes y de los cuales estoy contento, pero siempre tendré la duda de si esos cambios fueron gracias solo a la gestalt, al trabajo previo con el psicoanálisis, a una caricia del destino… qué sé yo.
Con los años fui profundizando poco a poco en el arte homeopático, una ciencia que no solamente es una herramienta terapéutica, sino también un tratado de antropología, desconozco –y hablo solo con mi humilde experiencia- una ciencia que profundice más que la homeopatía en el misterio del ser humano.
Pasaron los años y creo que la universidad, la vida y mi trabajo me han doctorado como terapeuta familiar sistémico, una visión revolucionaria que ayuda a comprender la vida de las personas en función de los sistemas a los que pertenecen.
No es mi intención primera hablar de mi formación profesional, más bien quiero compartir que ayer pasé una tarde deliciosa disfrutando con frases de libros de “autoayuda” , frases que tenía guardadas en el cajón a donde los arrogantes intelectuales no se pueden asomar (yo mismo incluido), sin embargo terminé la tarde muy convencido de unas cuantas cosas:
- Que hay que estar agradecido por lo que se tiene en lugar de quejarse por lo que no se tiene.
- Que hay que pedirle al universo bendiciones, prosperidad, vida, pareja, que todo lo que pidas el universo te lo dará
- Que nada nos enferma, somos nosotros los que tenemos el poder de enfermarnos.
- Que tus pensamientos son el arquitecto de tu destino.
- Que Los pensamientos te llevan a tus propósitos, tus propósitos a tus acciones, tus acciones a tus hábitos, tus hábitos a tu carácter y tu carácter determina tu destino.
- Que Añorar el pasado, es como correr tras el viento.
- Que el que teme el sufrir, ya sufre el temor.
- Que cuando estamos muertos nos comen los gusanos, cuando estamos vivos nos comen las preocupaciones.
- Que caerse está permitido, pero que levantarse es obligatorio.
- Que si te caes siete veces, tienes que levantarte ocho.
- Que el bosque estaría muy triste si solo cantaran los pájaros que mejor lo hacen.
- Que Si todo saliera como yo quiero, jamás experimentaría nada nuevo y mi vida sería una interminable sucesión de éxitos insípidos.
- Que si quieres resultados diferentes, no debes hacer siempre lo mismo.
Me he despertado en modo “autoayuda”, así que me fui a ver el amanecer a la Playa de Barcelona y estoy muy feliz por ello.